Bienvenidos a Casa de Aldea La Labriega. Os recibe un lugar que ha sido pensado para que halléis en él el mejor descanso rodeados de un acogedor entorno, donde la tranquilidad, cercanía y vocación de servicio son algunas de sus características más principales. Amamos lo que hacemos porque hacemos lo que amamos, de ahí que La Labriega sea algo más que una experiencia de turismo rural en Asturias, es un lugar donde las sensaciones más puras y placenteras os harán sentir en el paraíso.
Hemos intentado recrear el ambiente de una antigua casa de labriegos donde el estilo clásico sea el encargado de conjugar pasado y presente sin obviar el confort y primando los detalles para conseguir una estancia sumamente satisfactoria. Casa de Aldea La Labriega ha sido distinguida con la categoría de tres trisqueles, máxima categoría del turismo rural en el Principado de Asturias.
Asturias será vuestra casa, La Labriega vuestra anfitriona en el turismo rural, y las charlas, los momentos de compartir vivencias, serán los que aporten a cualquier hora y en cualquier rincón el gusto por las sensaciones inolvidables.
El recinto de La Labriega se compone de una finca ajardinada y arbolada de 3000 metros cuadrados. Todo el recinto que compone La Labriega cuenta con un perímetro cerrado donde la exclusividad de su uso y acceso queda restringido a quienes decidís acompañarnos.
En los espacios exteriores de La Labriega contamos con parking privado propio y gratuito, situado tras la casa, previo al jardín norte. Contamos con diversas zonas de descanso repartidas por todo el conjunto y de un parque infantil rodeado de la frondosidad de nuestra arboleda.
La Labriega no se resume a concebir el alojamiento como un lugar donde dormir, es mucho más que eso. El amplio jardín invita en temporada estival a disfrutar de su verdor y belleza durante el día, y de su calma y arrullo a la luz de las velas durante las noches. Esas noches que alargamos tanto como sea necesario de un modo relajado y pausado para la conversación, la tertulia, el intercambio…
Es nuestra terraza de la fachada principal como un ágora donde reunirse, es el punto por donde todos pasamos, donde todos hacemos nuestra parada para el saludo, la convivencia, la charla… No es obligada la parada, pero es ese punto de reunión que a lo largo del tiempo ha surgido.