La Figar debe su nombre a la higuera que crece junto a la casa y que en verano la protege con su sombra, aunque la sombra de las higueras dicen que no es buena, y que de vez en cuando nos ofrece la posibilidad de endulzar nuestro paladar con algún higo.
Es una casa de planta baja con dos habitaciones, cocina, salón y baño. En el exterior tiene un patio con mesa merendero y barbacoa. Está rodeada de verde por todas partes menos e la entrada, por donde mires ves la pradera.
Fué construida en nuestra posguerra y con el resto de nuestros alojamientos forma la pequeña aldea del Sidrón donde solamente se respira tranquilidad y sosiego. Ideal para alejarse unos días de las prisas del quehacer diario de las poblaciones grandes.