Inmaculada Adeba, bióloga, ganadera y empresaria de turismo rural

Nuestra asociada Inmaculada y familia , a los que les va la marcha, por sino lo habéis leido , os lo ofrecemos desde la web de ARCA

Inmaculada Adeba, bióloga, ganadera y empresaria de turismo rural. Hace tres décadas ya innovó en el sector ganadero de esta zona de Asturias, al instalar en Oneta (Villayón) la yeguada Albeitar, de caballos árabes. Hoy, además de abrir un hotel rural y una ganadería con 700 cabezas de caprino (que espera usar en el futuro para abastecer su propia quesería), ya ha iniciado la plantación de un bosque que pone en marcha en Asturias un nuevo modelo de explotación agroforestal.

Inmaculada Adeba, bióloga, y su marido, Benito Garrido, veterinario, emprendieron hace treinta años en Oneta, Villayón, la aventura empresarial de su vida. Empezaron a criar caballos de raza árabe. Hoy, la Yeguada Albeitar es también un hotel rural, con pumarada y una ganadería con 700 cabezas de caprino, además de otros animales de granja. Y siguen diversificando. Lo más inminente es el proyecto de desarrollo agroforestal –pionero en Asturias- que Inmaculada contará a continuación:

«Empezamos casi en broma. Una cosa fue pidiendo la otra y así llevamos toda la vida. Luego, vinieron a los niños y… Bueno, los niños… Ya tienen treinta y tantos años. Uno, Benito, hizo veterinaria y después tecnología de los alimentos, y al otro, a Borja, le gustaron los caballos, es técnico deportivo y es el director técnico de la ganadería. A ellos también les gustó esto, así que seguimos sin que nadie echara freno a nada. A todos nos va la marcha, nos gusta hacer cosas nuevas. Y el meternos en tantas cosas es precisamente porque los dos quieren quedarse aquí. Entonces hay que prepararlo para poner los huevos en muchas cestas».

«Los proyectos en el campo son sobre todo familiares. Todo forma parte de tu familia. Es algo que sientes. Y el sentimiento de tener tierra no tiene nada que ver con el de tener un coche o un collar. Es ese arraigo de tener la tierra, tu tierra, y de ser parte de ella. No sé, te produce una satisfacción que no tiene precio, pero valor sí».

«Yo no venía de una familia campesina. Pero sí tuve mucho contacto con la naturaleza. Mi madre era maestra y fue maestra en los Picos de Europa antes de Ensidesa. Vivíamos en Avilés. Mi padre trabajó en Ensidesa, pero le gustaba ir a pescar. Íbamos mucho al río y, por el invierno, a la nieve. O sea que no estaba vinculada con el campo, pero con la naturaleza absolutamente».

«Cuando vine aquí también me gustaba lo de preparar un huerto y había una señora mayor que era a la que le preguntaba cómo se hacían las cosas. Y me decía con mucho cariño: ‘Fíjate, que estás estudiada y me vienes a preguntar a mí’. Yo le decía: ‘Yo habré estudiado, pero usted lo lleva haciendo toda su vida y mire el conocimiento que tiene. La gente del campo muchas veces no valora todo lo que sabe. En el campo hay mucho conocimiento».

«Ahora estamos desarrollando un proyecto complementario a todo lo que ya tenemos. Es un bosque. Vamos a hacer paisaje, producto y sostenibilidad. Va a ser un sistema agroforestal. Son 10 hectáreas que tienen una parte de producción de frutos secos: castaños, avellanos y nogales. Hay unos 25 nogales, 50 avellanos y 500 de castaños plantados de distintos tipos, polinizados, injertados… Todo está técnicamente dimensionado para el tipo de suelo que tenemos y que el cultivo sea viable para complementar los trabajos de recogida y los del resto que hay en la finca. Eso en la parte de frutas. Y luego tenemos una parte forestal que son abedules, mayoritariamente; 1.500 abedules, robles, hayas, tilos… o sea, un bosque autóctono».

«Vamos a tener un vergel productivo en lo que había sido un bosque quemado al que no se podía ni entrar. Estamos fomentando el paisaje, manteniéndolo. Y también será un sumidero de CO2. También tienes la posibilidad de ser sumidero de CO2 para las empresas contaminantes. Eso lo puedes comercializar también. Calculas la cantidad de toneladas que captan al año todos los árboles que plantaste y lo vendes a una empresa que contamina. Además de la mejora paisajística está, lógicamente, la ambiental. Detrás de los árboles vienen los pajarinos, vienen los insectos, y se consolida un ecosistema que va a ser un paisaje especial. Y mejorará las vistas que ya tenemos en el hotel».

«Y luego tendremos el refuerzo futuro de las ovejas que hemos traído de Inglaterra. Tenemos 34 de la raza shropshire. Estas ovejas no estropean los árboles. Las hojas sí, como todos los herbívoros vivos. Pero no les da por morder como las cabras o los caballos, que cuando están aburridos, muerden y secan todos los árboles. Además, esas ovejas nos van a permitir también tener cordero de “kilómetro cero”. Servirá para consumo en el hotel y para vender fuera, además de la carne de las vacas angus, que también tenemos».

«En cuanto a los frutos secos que producirá el bosque son todas variedades injertadas, seleccionadas, y en 4 años ya esperamos que estén produciendo. O sea, aquí se mezcla el saber antiguo con la tecnología. No se trata de coger por ahí un arbolín y plantarlo. Porque un arbolín te da castañas igual para que se las coma un jabalí que hay debajo. Pero para hacer una producción, para comercializar, no tienes productos estándar. El crecimiento va a ser rápido y se va a poner recoger dentro de poco».

«Con los frutos secos haremos algún tipo de transformación de las castañas, algún postre especial que lo podamos comercializar. Primero hay que tener cosas para vender, que luego se vende todo. Ya tenemos miel propia y la vendemos online. Los frutos secos también son fáciles para vender online. La ventaja que tenemos es que, con los clientes del hotel, que tenemos a muchos que repiten, ahí hay una bolsa de compradores. Lo fundamental es tener algo de calidad, la calidad se va a vender siempre».

«Dentro de 20 años, cuando ya no haya vacas ni vaqueros en esta zona, esta zona va a ser matorral. Y, o cultivas un bosque, o no te va a salir por sí solo. El potencial que ahora mismo tiene Asturias es el forestal. Y forestal no significa eucalipto. El forestal es un cultivo y puede ser este modelo. La alternativa es dejar que esto se matorralice. Desde la Universidad dicen que la evolución natural de un terreno es que después del matorral viene un bosque, pero ¿cuánto tiempo pasa hasta que llegue eso? ¿Y hacemos de Asturias un Yellowstone? Hay quien dicen que el Occidente es una zona de sacrificio para las personas y a veces parece que sí. Estamos sembrado esto de molinos y están echando a la gente, y cuando la acaben de echarla vendrán los lobos, los osos, y el matorral».